Tuesday, August 22, 2006

Una voz puede cambiarlo todo

Bueno, sigo sola. Hoy empecé de nuevo a trabajar en la librería. Llegué con muchos ánimos pero al poco tiempo recordé que la rutina no es tan diviertida.

Pero por la noche, después de cenar, sonó el teléfono y era Morgan desde Canadá.
Se oía muy contento, parece que Canada le sienta bien.
Quisiera que a los dos nos sentara igual de bien este país, pero al mismo tiempo no puedo evitar compararlo con México o Canadá.

Su llamada me dejó bastante contenta. Era como hablar con un viejo amigo de hacía tiempo. A veces estas distancias nos van bien.

Pero ya quiero que regrese.

Sunday, August 20, 2006

Solita pero en buena compañía

Ayer me sentía un tanto sola. El hecho es que iba a ver a una amiga de la universidad pero finalmente no se pudo. Y antes de saber que no iba a ser posible, pasé un buen rato imaginando de qué íbamos a hablar, qué le iba a enseñar, a dónde podríamos ir, a qué playa podríamos ir juntas el fin de semana para comentárselo. En fin, no se pudo. Pero de repente me quedé con todas esas palabras en la boca. Pensé en Yves, pero Yves está en China, luego pensé en Morgan pero está en Canadá, pensé en todos los demás que están en México. Y de repente me ví sin nadie a quién decirle nada. El verano apesta cuando no sales. Al menos aquí.

Aún así, me animé, fui a buscar cosas a la biblioteca y dí con cómics, cd's y algunos libros. Me quedé muy a gusto, solita, pero en buena compañía: la mía.

Thursday, August 10, 2006

Los viejitos ya no son lo que eran

Hoy decidí tomarme un café por ahí, y mientras trataba de leer una revista, en la mesa de enfrente había una pandilla de viejitos... y esto fue lo que oí:

Al corriente

Ha pasado mucho tiempo.
Y no mucho ha pasado.

Es verano, aquí en Barceloca. Está medio moribundo, como una especie de sueño. Mucha gente se va de vacaciones pero estamos invadidos por turistas. Imposible caminar por las ramblas.

Morgan y yo nos hemos cambiado de departamento. Nos cambiamos de barrio. El departamento que tenemos ahora tiene un balcón que da a uno de los pocos parques que tienen arena en lugar de concreto.

Al principio estaba decepcionada de haber dejado el otro barrio en el que ya sabía dónde encontrar cosas: papel, cerveza de Canadá, mis dos supermercados, unos restaurantes de cocina de mercado, cocina hindú y uno de pizzas muy bueno, mi tienda de chinos, mi orxatería, el mercado, etc etc.

Poco a poco voy descubriendo cosas en este nuevo barrio y cosas que el anterior no tenía. Hoy encontré una tienda de una escultora en metal. Hace de todo, desde faroles, hasta esculturas "decorativas".

Bueno, bien dicen que no hay mal que por bien no venga.