Las maravillas de viajar por bus el sábado por la noche.

Generalmente me gusta tomar el autobús. El metro es más rápido pero no es tan escénico. Lo único que se ve son los túneles. Gracias al autobús he localizado lugares interesantes como una oficina de turismo, un restaurante, o una tienda que tiene justo lo que ando buscando.

Hoy fue igual de revelador. Mientras esperaba el autobús en Plaça Catalunya llegó un grupo de 5 hombres. Como venían vestidos de negro y de marca, y con unos ademanes muy exagerados me dije que debían ser gays. Cuando los observé un poco más me dí cuenta de que eran sordomudos comunicándose con lenguaje de señas. Entonces ya no me parecieron gays sino mimos vestidos de civiles. Hacían muchas caras y movian mucho el cuerpo. Parecía como si estuvieran gritando muy emocionados con las manos. Lástima que no entendía nada y todo era silencio.

Se bajaron en la misma parada que yo. No es raro. Cerca de mi casa hay un "Casal de Sords" donde siempre hay varios de ellos. Esta vez había un montón. Muchas manos moviéndose con mucho entusiasmo como si fueran a aplaudir un muy buen concierto.

Todo ese ruido me lo perdí.