Tuesday, November 08, 2005

Desarraigándome

Chilangos y chilangas, pueblo y puebla de México,

Las fuerzas me flaquean. Mis raíces crujen. Desde que estoy en este territorio español (o tomado, según los catalanes) había tratado de mantener mi chilanguez. Toda aquella idiosincrasia mía que importé del DF.

Sin embargo, hoy, en aras de la inserción social me escuché pronunciar palabras que jamás creí que saldrían de mi boca. Y lo más sorprendente es que mi cuerpo no reaccionó alergicamente a ninguna de estas cosas que pronuncié. Estaba sentada, socializando con unos oriundos del lugar, tratando de explicar algunas de las expresiones que se utilizan en México usando su análogo en castellano. Como por ejemplo:

En España se dice "cómo mola" en México decimos "qué chido"
En España se dice "Qué pasa, tío?" en México "Qué onda, güey?"
En España se dice "pajilla" en México "popote"
y varias más...

Todo esto es causado por la falta de contacto con chilangos. Lo más triste es que ya ni el vocabulario, ni el acento me dan risa. Recuerdo la primera vez que escuché a alguien gritar "Jolines!!" (en lugar de "joder!") y lo ridículo que me sonó. Al principio lo decía de broma... ahora poco a poco me sale más espontáneamente.

Y lo todavía más triste? que Manolo y Venancio nunca volverán a ser los mismos.

Todo sea en aras de la inserción social :)

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